La rehabilitación de este inmueble histórico de la ciudad, ha permitido la recuperación de un edificio emblemático de la primera mitad del siglo XIX que comenzó su actividad como fábrica de hielo para convertirse, años más tarde, en una de las destilerías más conocidas del antiguo barrio de la Rodona.

El equipamiento se ha construido siguiendo criterios sostenibles que permiten un importante ahorro energético y ha sido diseñado con todos los servicios y comodidades para los ancianos. En las plantas bajas, se ubican las dependencias administrativas de la empresa y servicios comunes como el comedor y una sala de estar. En la primera planta está el despacho médico, la enfermería, la sala de fisioterapia y gimnasia. En las plantas superiores se encuentran las dependencias de los residentes.